lunes, 26 de junio de 2017

Libano, puente y puerta

En el corazón de Oriente Medio y en el cruce de tres continentes. Donde el Este se encuentra con el Oeste. En el enlace de las rutas comerciales desde hace miles de años está el Líbano: el país del cedro intenta volver como un centro regional e internacional para el comercio, las finanzas, los servicios, la cultura y el turismo.

El pequeño país mediterráneo es un caso único, ubicación geográfica, mezcla de fusión cultural y religiosa, y una economía de libre mercado. Una fuerte tradición comercial y de iniciativa privada, un sistema bancario avanzado, sin restricciones en el movimiento del capital. Las tasas máximas de impuestos para empresas son del 15%. Un marco legal seguro, una mano de obra cualificada y un estilo de vida abierto. Líbano ofrece a las empresas internacionales una amplia gama de oportunidades en muchos sectores, especialmente en el turismo, la agricultura y la energía. Por otra parte, representa una puerta de entrada a un gran mercado regional y especialmente a Siria y Iraq, y todo apunta que la reconstrucción de Siria pasara por Líbano como plataforma logística y financiera y hub para las empresas internacionales.

Con 16 millones de emigrantes, es el único país que tiene cuatro veces su población distribuida por los 5 continentes en el mundo. La emigración es parte de su historia, presente y futuro; y define y determina su economía, cultura y la movilidad de su capital humano.

Los puntos débiles son la enorme deuda contraída por la reconstrucción después de la guerra civil y los impactos de los conflictos en la región. El país es una economía para producir graduados: exporta talentos e importa mano de obra no cualificada.

La economía libanesa tiene un déficit doble, tanto fiscal como comercial, importa más de lo que exporta. La financiación de estos déficits requiere una entrada continua de capital, que en gran parte está garantizada por las transferencias de los emigrantes que llegaron a 8.000 millones de dólares en 2016.
 
El Líbano es también un país de 4,5 millones de personas que acoge a 1,5 millones de refugiados de Siria. Esta crisis humanitaria le ha costado 20.000 millones de dólares, en un país con un PIB anual de 48.000 millones de dólares.

Una cultura muy rica, y una sociedad vibrante. Cuna de los fenicios y hogar de los pueblos asirios, babilonios, griegos, cananeos, romanos, árabes, bizantinos y europeos. Desde los más remotos tiempos el Líbano sigue siendo el puente y la puerta natural para el comercio y la prestación  de servicios hacia y desde la región.

Expansión, Edición Catalunya, Opinión, Pag.2,  Viernes, 23 junio 2017

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